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Una de las fortalezas más importantes de este proyecto fueron los resultados en el marco de incidencia política en la agenda de género en el país, aportes de sensibilización en la sociedad chilena y a cambios legislativos. Esta estrategia fue desarrollada por algunas organizaciones adjudicatarias y es así como se puede señalar que, al concluir sus proyectos, las organizaciones contribuyeron a visibilizar:
- El acoso sexual callejero como una forma de violencia de género;
- Los estereotipos de género presentes en la educación que están a la base de la segregación del mercado laboral para hombres y mujeres;
- Los derechos laborales de las trabajadoras de casa particular, sector tradicionalmente excluido de la regulación en las relaciones de trabajo;
- La suma de maltratos y discriminaciones que viven las mujeres refugiadas o solicitantes de asilo;
- Las formas que asume la violencia de género en territorios rurales;
- Los derechos de las mujeres en el proceso constituyente
En esta visibilización de situaciones discriminatorias contra las mujeres, constituye un aporte la gran cantidad de materiales producidos por las organizaciones en el marco de sus proyectos.
Sin duda existen muchos desafíos en el fortalecimiento de organizaciones de la sociedad civil y demandas previas que no pueden resolverse con un proyecto diseñado con estas características. También es importante destacar la diversidad de organizaciones con las cuales se trabajaron, con niveles de capacidad y fortalecimiento muy diferentes; el grupo de organizaciones a las que se apoyaron pertenecían a un amplio espectro desde organizaciones indígenas, trabajadoras domésticas, mujeres empresarias, mujeres rurales, LTBGI, sindicatos, entre otras.
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