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Esta evaluación ha valorado el desempeño, basándose en evidencias, del programa MELYT (Mujeres, Economía Local y Territorio) desde las dimensiones de pertinencia, efectividad, eficiencia, coherencia y sostenibilidad del programa. Y la integración de los enfoques de derechos humanos e igualdad de género. A pesar de los retos de implementación en un contexto complejizado tanto a nivel político como por los impactos de la pandemia del Covid-19 y los huracanes Eta y Lota, la evaluación desprende que el Programa ha sido eficiente en el uso de los recursos apoyado por una gestión adaptativa, comunicación y coordinación estratégica con la Agencia de Cooperación Internacional al Desarrollo (AICS). Se han logrado avances sustantivos en la generación de instrumentos de política regional y territorial, en la mejora de las capacidades de los actores para impulsar programas, servicios y productos para la empresarialidad y la inclusión financiera con enfoques de género y también ha generado condiciones que facilitan el acceso de las mujeres emprendedoras rurales a productos y a servicios de desarrollo empresarial e inclusión financiera para el fortalecimiento de sus emprendimientos. Estos avances logrados se están generando en agentes que tienen el potencial de influir en un sistema amplio de actores e instituciones que alcanzan zonas geográficas más amplias que la intervención en la zona Trifinio, lo que supone una base sólida para alcanzar impactos significativos en la autonomía económica de las mujeres a una escala significativa.
Las estrategias de generación de alianzas y sinergias han sido muy eficaces debido a la metodología de trabajo de "circuitos cortos" (grupos pequeños de actores con intereses en común alrededor de soluciones concretas, capacidades y voluntad política). El Programa posee buenos estándares de gestión que le ha permitido adaptarse a las coyunturas cambiantes manteniendo la alta calidad de los aportes y servicios. La evaluación indica la necesidad de continuar trabajando en las relaciones de poder en los ámbitos públicos y privados, mejorar la sensibilidad y las capacidades institucionales para que las violencias de género, las cargas desiguales del trabajo de cuidado y la exclusión sistemática por razones de género sean tratadas y reducidas paralelamente al desarrollo de los emprendimientos económicos. Y alerta del reto que supone el entorno territorial para la sostenibilidad social por la dispersión de actores, la debilidad en la descentralización y la multiplicidad de agendas en ausencia de procesos y plataformas cohesionadas y vinculadas. Otros resultados destacados de la evaluación son: el cumplimiento de los principios rectores y estándares de calidad en el Marco de la Cooperación al desarrollo de la ONU y la alineación con los resultados de los ODS. Se destaca la reputación y reconocimiento de ONU Mujeres como esencial para la generación de diálogos y sinergias en un contexto políticamente complejo.
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